El oro azul de Repsol en el norte de España

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Contenido 1El uso del agua es un hecho tan cotidiano en los países desarrollados que su valor no parece ir más allá del precio que consigna la factura por su servicio. Y sin embargo, llamar al agua oro azul no parece descabellado. Al fin y al cabo, ese líquido fundamental para la vida cubre cerca del 70% de la superficie del planeta y forma parte de nuestro cuerpo en un 65-75%. Además, es una de las fuentes de energía más antiguas… y uno de los corazones de la cartera de activos renovables de Repsol (junto a la energía eólica y solar), con un peso del 42%: 12 centrales hidroeléctricas con una capacidad para generar 697 megavatios de potencia, el consumo anual de todas las viviendas de una ciudad como Madrid.

La estabilidad es la gran ventaja de la generación hidroeléctrica frente a la solar y la eólica, que dependen directamente de su recurso para producir

 

“Tenemos un porfolio de activos en generación hidroeléctrica que es best-in-class”, subraya Jesús Chillón, director de Operaciones de Generación Baja en Carbono. Está situado en la zona de mayor pluviosidad de la península (Asturias, Cantabria y Castilla y León), lo que provee de un recurso abundante. “Es muy variado, es decir, está compuesto tanto por centrales fluyentes, como de almacenamiento y de bombeo (ver recuadro abajo), lo que aporta flexibilidad y garantía de suministro”, señala.

La estabilidad es la gran ventaja de la generación hidroeléctrica frente a la producción solar y la eólica, estrellas de la transición energética por su mayor presencia mediática. La primera solo puede producir durante las horas diurnas y la segunda, cuando el viento sopla. El aprovechamiento de la energía hidráulica, en cambio, es tan lejano en el tiempo que parece haber dejado de ser sexy. En el siglo IV a.C., el imperio persa utilizaba ya ruedas de agua para el riego de los campos y molinos hidráulicos para la molienda del cereal. Pero que su origen sea ancestral no quiere decir que su presente sea anciano.

Planta

“Por la parte de infraestructuras y obras civiles, esta tecnología está muy madura, por tanto los avances tecnológicos que se esperan vendrán principalmente por mejoras en la eficiencia de equipos principales como turbinas y generadores”, anticipa Jesús Chillón. Estas mejoras se están consiguiendo gracias al proceso de digitalización que lidera Repsol para ser una compañía cero emisiones netas en 2050. “Es importante no solo la digitalización de activos, sino también todas las mejoras en materia de biodiversidad y la búsqueda de soluciones que permitan una rehabilitación sostenible de los activos. Este podría ser el camino para esta tecnología en el futuro”, estima.

Aguayo, un futuro sostenible

Un futuro que ya está dibujando la compañía en estos momentos con el proyecto de ampliación de la central de bombeo Aguayo, en Cantabria. Tras su realización, la capacidad instalada de esta infraestructura hidroeléctrica aumentará en 1 GW, hasta un total de 1,4 GW, convirtiéndose en la segunda más grande de España de sus características. “Gran parte de la infraestructura es existente, la tramitación está muy avanzada, contamos ya con una declaración de impacto ambiental favorable y con el apoyo firme de todas las administraciones públicas”, explica Jesús Chillón. También presenta grandes retos: ”El primero de ellos es que exista un marco regulatorio adecuado que retribuya una inversión de esta magnitud”, y que ahora está pendiente del visto bueno de la Unión Europea.

¿Qué tipo de centrales hidroeléctricas hay? 

  • Central de embalse: consiste en la construcción de una o más presas para formar embalses que se utilizan para retener grandes cantidades de agua y, de este modo, regular el flujo que pasa por las turbinas que generan la electricidad. 
  • Central fluyente: es una turbina que se instala en el cauce de un río, sin ningún tipo de presa o de sistema de almacenamiento. 
  • Central de bombeo: como la central de Aguayo, consta de dos dos embalses a diferentes alturas y conectados entre sí. “El agua se libera cuando la demanda de energía es alta y se turbina desde el depósito superior al inferior, y después, cuando la demanda es baja, se bombea de vuelta hacia arriba. Lo que se logra es capturar la diferencia de precios que existe entre la hora punta y la hora valle”, explica Jesús Chillón. En combinación con otras energías como la eólica o la solar, una central de bombeo se puede convertir en un tipo de batería hidráulica, al almacenar esa energía renovable en forma de agua embalsada.