La cesta de la compra para la astenia primaveral

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Fresas

La astenia es como las meigas gallegas: haberlas, haylas. Este conjunto de síntomas difusos (falta de energía, cierta desconcentración, una sensación de debilidad física y/o mental) acompaña al despertar de la primavera como un efecto colateral del cambio de estación. No hay transición sin consecuencias, y esta que iniciamos oficialmente el pasado 20 de marzo, con los días cada vez más largos y las temperaturas cada vez más locas, también las tiene.

Para algunos de nosotros será más acusado que para otros, sobre todo si a los síntomas de la astenia les acompañan las alergias propias de la floración. La buena noticia es que esta adaptación estacional no se suele alargar más de tres semanas. Y si queremos superarla con las menores afecciones posibles, no hace falta acercarnos a la farmacia (salvo indicación médica), sino a nuestra tienda de alimentación de confianza. Porque la propia primavera nos sirve de los frutos de temporada y otros productos para decir cuanto antes adiós a la astenia.

No hay transición sin consecuencias, y esta que iniciamos oficialmente el pasado 20 de marzo, con los días cada vez más largos y las temperaturas cada vez más locas, también las tiene.

Fresas y fresones 

Todo lo pequeño parece contener una mayor intensidad de sabores frente a su versión mayúscula. Así ocurre con fresas y fresones. Pero más allá de tamaños, lo cierto es que esta fruta que empieza a madurar durante toda la primavera (y llevamos viendo ya en los supermercados) es una fuente muy interesante de vitamina C, ácido fólico y potasio. Un trío de ases que favorece la resistencia a las infecciones y mejora el sistema inmunológico. Aunque a veces basta decir que son perfumadas, divertidas y deliciosas.

 

Esparragos

Espárragos

Si bien la globalización ha conseguido esparragarnos todo el año, la temporada más propicia para saborear su calidad de proximidad es en estos meses que entran. “Los espárragos de abril para mí, los de mayo para mi amo, los de junio para ninguno o para mi burro”, instruye un viejo proverbio español. Sentados todos ellos ante un plato de espárragos podrán disfrutar de una gran cantidad de nutrientes, especialmente en el caso de los verdes. Es un alimento con un alto porcentaje de fibra y de antioxidantes, rico en vitaminas C y E, y puede incidir positivamente en esas semanas de cansancio que nos esperan.

Chocolate negro

Chocolate

Es cierto: cualquier excusa es buena para comer chocolate. Y si en este caso es la astenia primaveral, pues bienvenida sea. Sabemos que basta con una onza con un contenido de cacao igual o superior al 70% para estimular la generación de endorfinas (por su contenido de feniletilamina) y contrarrestar así ese tono bajo tan característico de estas primeras semanas primaverales. Además, contiene magnesio, que nos ayuda a regular el sistema nervioso central y mejora el comportamiento de nuestros músculos.

Dátiles

Hay productos que hemos introducido en nuestra dieta toda la vida y que de pronto se convierten en superalimentos. Uno de ellos han sido los humildes dátiles, que el tenista Rafael Nadal, con muy buen criterio, popularizó a modo de barrita energética natural para recuperarse durante sus competiciones. Y es que los dátiles aportan una importante cantidad de hierro, magnesio, vitamina B3 y ácido fólico. La vida es dura, pero no es un Roland Garros, por eso tenemos que tener cuidado con su gran aporte calórico.

Germinados

Germinados

La primavera es una forma de germinado del invierno. Por eso, comer estas semillas en su primer arranque vital no solo parece poético, sino también una forma de incorporar todo tipo de nutrientes que estimulan los procesos digestivos. Son ricos en vitaminas y minerales,, aportan gran cantidad de antioxidantes (vitamina C, betacarotenos…) y casi no contienen calorías. Además, tienen una acción depurativa sobre el organismo, lo que nos puede ayudar a eliminar los excesos que hemos ido acumulando durante el invierno.

Chile

Castañas

Marisco

Los moluscos y los crustáceos (mejillones, almejas, gambas, langostinos, chipirones…) son alimentos con una alta densidad nutritiva, porque siendo bajos en grasa concentran muchos nutrientes saludables en su composición: vitaminas E, A y del grupo B; potasio, sodio, hierro y demás micronutrientes que contribuyen a que el sistema nervioso y muscular funcione adecuadamente.

Castañas

Levadura de cerveza

Este hongo utilizado en la producción de cerveza, de sabor un poco amargo, se ha utilizado tradicionalmente en periodos de estrés o decaimiento, como el que podemos sufrir durante las primeras semanas de la primavera. Sobre todo, porque contiene los aminoácidos esenciales, aporta vitaminas del grupo B y minerales que estimulan el sistema inmunológico y mejoran el nervioso.