Repsol en Acción en el País Vasco

Museo de la Minería y Ferrería de El Pobal

El Museo de la Minería del País Vasco nos transporta a una época donde la minería era más que la actividad principal; era una forma de vida. El pasado 16 de febrero, 50 accionistas, en dos grupos de 25, recorrieron la colección del museo, formada por elementos tan dispares como maquinaria y útiles empleados en las actividades extractivas, así como por elementos propios de la vida cotidiana de esa época. La visita se inició con un documental explicativo para conocer aún más la minería tradicional.

La mina y el pueblo

A escasos metros del museo, el recorrido continuó con la visita a la mina a cielo abierto Concha II, que permitió comprender a los accionistas la dureza de estos trabajos y cómo se llevaba a cabo esta actividad.

A continuación, subieron en autobús a la Arboleda, el mejor testimonio de lo que fue un poblado minero, con sus calles paralelas y estrechas que confluyen en la Iglesia de la Magdalena y donde aún hoy se conservan algunas viviendas de mineros. También es sugerente el entorno próximo, salpicado de lagos artificiales creados por la inundación de las antiguas minas.

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Herrero trabajando el hierro en la Ferrería de El Pobal.

La Ferrería de El Pobal

Tras recuperar fuerzas con una comida en el Golf Maeztegui, el grupo visitó en Mustiz, corazón de la zona minera, la Ferrería de El Pobal, del s. XVI, que pusieron en movimiento para ellos. En esta fábrica hidráulica se trabajaba el mineral del hierro para convertirlo en metal y elaborar todo tipo de herramientas (rejas de arado, martillos, azadas, picachones...) y útiles de uso doméstico, entre otros. Allí también se encuentran dos molinos originales para moler harina y maíz.

Para terminar, un herrero les hizo una demostración sobre cómo se trabajan los materiales para transformar el hierro en útiles como espadas o agujas.

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Arte sobre la ría

Dos grupos de 20 accionistas cada uno visitaron el pasado 15 de febrero el Museo Guggenheim Bilbao, de la mano de Petronor, donde tuvieron la oportunidad de disfrutar en exclusiva de la colección permanente y las exposiciones temporales.

El recorrido comenzó por la obra de Fiona Tan Desoriente. Expuesta por primera vez en España, fue creada en 2009 para el Pabellón de Holanda de la 53ª Bienal de Venecia, ciudad donde se sitúan parcialmente la acción y la filmación de esta obra que nos lleva a la legendaria Asia de Marco Polo y a los mitos y leyendas vinculados al oriente colonial.

A continuación, recorrieron la exposición Expresionismo Abstracto, fruto de la experiencia común de una serie de artistas y amigos que vivieron en el Nueva York de los 40, cada uno con un estilo propio y único, una celebración de la libertad individual para expresarse.
Luego, se deleitaron con la colección de Hermann y Margrit Rupf, los primeros coleccionistas suizos que centraron su labor en el arte abstracto y contemporáneo, guiados por su criterio personal. Por último, descubrieron la colección permanente de obras maestras que el Museo Guggenheim Bilbao ha ido desarrollando desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. 

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El Museo Guggenheim, del arquitecto Frank O. Gehry, es uno de los edificios más relevantes del siglo XX.