Pegasus, alas para la energía inteligente

Lee, razona y aprende. Es el primer desarrollo tecnológico que aplica la computación cognitiva a la exploración y producción de petróleo. Tiene nombre de caballo alado y es fruto de la colaboración entre Repsol e IBM. Sin duda, Pegasus sitúa a nuestra industria en otra dimensión.

Es el nombre del mítico caballo con alas con el que el dios griego Zeus surcaba los cielos. Y, por analogía, el elegido por los investigadores del Centro de Tecnología Repsol para bautizar este desarrollo tecnológico. Quizás porque Pegasus supone más que un salto, un vuelo para la industria energética y sus fronteras en la exploración y producción de hidrocarburos.

Pero ¿qué es Pegasus? Para saberlo, la primera pregunta que hay que responder es: ¿qué es un sistema cognitivo?

Máquinas que piensan

Seguro que a muchos de los lectores se les ha venido a la mente el término inteligencia artificial. Les sorprenderá saber que un sistema cognitivo va aún más allá, supone la evolución del concepto de inteligencia artificial. Este último término causó un gran impacto cuando el informático estadounidense John McCarthy lo acuñó en el año 1956 y suponía crear sistemas capaces de resolver problemas por sí mismos, utilizando el paradigma de la inteligencia humana.

LOS SISTEMAS COGNITIVOS SON un nuevo camino disruptivo en la computación avanzada A partir de la inteligencia artificial

Desde entonces ha llovido mucho y en estos años se han dado pasos de gigante, como la ya mítica partida de ajedrez que Deep Blue ganó a Gary Kasparov o los robots caseros. De hecho, aún queda mucho por avanzar en este campo que, sin duda, será de gran ayuda a la sociedad. Pero, para muchos científicos, en su génesis alberga también su limitación: imita el pensamiento humano. Por ello, detrás de la pregunta “¿Por qué una máquina tiene que pensar como un ser humano para ser inteligente?”, se está desarrollando un nuevo camino disruptivo en la computación avanzada a partir de la inteligencia artificial: los sistemas cognitivos.

Estos sistemas buscan una simbiosis entre el ser humano y la máquina, un espacio donde los dos puedan trabajar conjuntamente reforzando y potenciando sus virtudes. Por decirlo de cierta forma, los sistemas cognitivos llegan donde el ser humano no puede, creando supercientíficos. Estamos ante una verdadera revolución.

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En un concurso de televisión en 2011, Watson demostró su habilidad con el lenguaje natural.

Entonces llegó Watson…

Sistemas capaces de entender, aprender y razonar. Es decir, capaces de generar conocimiento por sí solos en un proceso de constante aprendizaje. ¿Existen? Sí. En 2011 los espectadores de un concurso de televisión de Estados Unidos se quedaron atónitos al ver a IBM Watson en acción. Un superordenador que derrotó a los mejores concursantes mortales. Pero el mérito no era ese, sino que Watson era capaz no solo de procesar una enorme cantidad de información, sino de entender el lenguaje natural en una conversación con giros y dobles sentidos, y contestar a las preguntas.

En la actualidad, 25 países de todo el mundo utilizan la tecnología de Watson a través de la nube. Y, a la vez, este superordenador se va haciendo cada vez más inteligente, disponiendo de más conocimientos y aprendiendo. Sus usos se han extendido a campos diversos, como la medicina (para la detección temprana del cáncer).

Innovación abierta

“La innovación abierta es también una cuestión de estadística: hay mucha más gente con talento fuera que dentro de una compañía. Porque, cuando hablamos de innovar, hablamos de mentes con una actitud abierta y flexible, que generan ideas y soluciones disruptivas, imaginativas y potentes”. Así define Fernando Temprano, Director del Centro de Tecnología Repsol, el modelo de innovación por el que Repsol ha venido apostando desde hace años: la innovación abierta.

Esa apuesta se ha reflejado en una movilización del talento interno y externo a la compañía a través de más de 120 acuerdos de colaboración con compañías privadas y universidades. Una postura que resulta vital en un sector donde se compite por el talento en la tecnología y donde esta última es el motor y el límite. Podríamos decir que el paradigma de esa innovación abierta la encontramos en la alianza con IBM.  

Pegasus sitúa a nuestra industria en otra dimensión, ES CAPAZ DE GUIARNOS EN NUESTRO CAMINO HACIA LAS SOLUCIONES

 

Y llegó Pegasus…

14842718257 fde9a31f80 b“Empezamos a trabajar con IBM hace ya muchos años, desde los primeros proyectos estratégicos, como Caleidoscopio, que estaba focalizado en la mejora de las imágenes de sísmica, es decir, del subsuelo. Le siguió Excalibur, ya terminado y en aplicación, que se centra en mejorar el desarrollo de nuestros campos, es decir, busca extraer el máximo volumen de petróleo y gas con la mínima inversión. Finalmente, hemos convergido en el proyecto Pegasus”, explica Santiago Quesada, Director de Tecnología de Upstream.

Pero ¿qué supone Pegasus? “Pegasus sitúa a nuestra industria en otra dimensión, porque, a diferencia de los sistemas de ordenadores tradicionales, no solo nos da una respuesta a nuestras preguntas, sino que los sistemas cognitivos son capaces de entendernos y ayudarnos al propio planteamiento de las mismas y guiarnos en el camino hacia las soluciones”, concreta Santiago.

El dónde, el cómo y el cuándo en la industria energética nunca fueron decisiones fáciles. Para encontrar un yacimiento de gas o petróleo y posteriormente determinar su viabilidad, es necesario tener en cuenta una gran cantidad de datos, algunos propios de la industria y otros ajenos a ella: mapas, composición del subsuelo, análisis de todo tipo, papers científicos, cotizaciones bursátiles, riesgos geopolíticos y muchos otros factores y variables. Inevitablemente, la abundancia de información complica la toma de decisiones. Esto, unido a la incertidumbre del subsuelo, genera que la toma de decisiones sea cada vez más complicada.

El alcance de Pegasus

Gracias a Pegasus es posible obtener un análisis mucho más rápido y fiable de los millones de documentos y datos con los que antes era inviable trabajar. Es más, es posible hacer preguntas al superordenador de IBM Watson, con quien colaboramos, en lenguaje natural. La máquina no solo las responderá, sino que nos ayudará a formular nuevas preguntas.

Y, como además aprende, estamos evolucionando el ordenador Watson hacia un nivel superior. En este camino, Repsol colabora con todo el bagaje de conocimiento y experiencia en el sector. Ello nos permitirá en el futuro tomar decisiones de manera mucho más fluida, diseñar modelos conceptuales y geológicos más fiables, además de plantear hipótesis para garantizar las mejores decisiones en la búsqueda de hidrocarburos.

¿Adónde seremos capaces de llegar? Aún no lo sabemos, lo que sí sabemos es que “se abre un nuevo mundo de posibilidades que nos guiará de forma más directa y efectiva en la toma de decisiones en tiempo real”, finaliza Santiago.

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Uno de los laboratorios de simulación avanzada del Centro de Tecnología Repsol, en Móstoles (Madrid).

 

Nuestra contribución a la sociedad

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La colaboración entre Repsol e IBM en el Proyecto Pegasus nos permitirá:

  • La toma de decisiones en tiempo real y de forma más directa y efectiva.
  • Optimizar de una manera significativa los recursos que podemos extraer de nuestros yacimientos, asegurando el suministro de petróleo y gas.
  • Mejorar de forma notable la calidad de nuestras operaciones.
  • Mejorar, a la vez, la seguridad de estas operaciones para las personas y el entorno.