Transformación del área industrial

Transformación industrial

 

 

 

Los siete grandes complejos industriales de Repsol en España, Portugal y Perú seguirán evolucionando para transformarse en hubs multienergéticos, con capacidad de generar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono, así como de impulsar nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología.

Para abordar el proceso de cambio profundo de este negocio de elevada competitividad, la compañía se apoyará en cuatro grandes palancas: la eficiencia energética, la economía circular, el hidrógeno renovable y la captura y uso de CO2.

 

Una adaptación imparable

Únicamente en eficiencia energética la compañía invertirá más de 400 millones de euros durante el período del Plan, para reducir 800.000 toneladas de CO2 anuales y sentar las bases para transformar los centros industriales en instalaciones cero emisiones netas.

En cuanto a la economía circular, los complejos industriales de Repsol se están adaptando para utilizar residuos de diferentes orígenes como materias primas y convertirlos en productos (combustibles y materiales) neutros en carbono, con la ambición de utilizar cuatro millones de toneladas anuales de residuos. Además, Repsol se convertirá en una empresa de referencia en biocombustibles sostenibles, con una capacidad de producción de 1,3 millones de toneladas en 2025 y más de dos millones en 2030. Para ello, ya cuenta con varios proyectos en marcha en sus refinerías.  

El hidrógeno renovable será otro importante activo para la descarbonización de la industria, con aplicaciones que van desde su uso como materia prima para producir combustibles sintéticos hasta el almacenamiento de energía renovable. Repsol ambiciona ser líder en hidrógeno renovable en la Península Ibérica para alcanzar en 2025 una producción equivalente de 400 MW, con el reto de superar 1,2 GW en 2030. 

La captura y uso de CO2 será también fundamental en este proceso de transformación, gracias a proyectos como el de combustibles sintéticos que se desarrollará en Petronor (Bilbao), única refinería de la Península Ibérica y una de las pocas de Europa que ha integrado este tipo de procesos.

El área industrial realizará esta transformación de manera rentable, maximizando sus márgenes y sin aumentar las inversiones, que se mantendrán de media en 900 millones de euros anuales (en línea con lo empleado en el ejercicio 2019).