Concurso ‘Peregrino’

Un caminante en la etapa 14: Hontanas-Boadilla del Caminos

VÍCTOR ROMERA HERNÁNDEZ

Llega al oeste de la provincia de Burgos, al pueblo de Hontanas, declarado Bien de Interés Cultural. Atraviesa la Calle Real, enclavada en la ruta medieval Jacobea. Sediento, va hasta una de sus fuentes y bebe un buen chorro de agua fresca. Aliviado ya, continúa y ve los antiguos lavaderos. Se refresca esta vez brazos y nuca. ¡Qué gusto poder disfrutar de tanta agua por doquier después de tan larga caminata! Se sienta un rato. Finalmente, el antiguo Hospital Medieval Gótico, restaurado ya y convertido en albergue para peregrinos como él. Deja sus cosas en su litera y sale de nuevo, quiere tomar la fresca un rato. Observa curioso a unos paisanos. Se sienta a una distancia prudente de ellos, parecen tener un carácter taciturno. Uno de ellos le dice: “Jovencito, y tú, ¿de dónde vienes? Acércate hombre, tenemos vino”. Se acerca junto a ellos, están encantados con la vida que traen los caminantes al pueblo. Sonríe. Qué buena gente, estos castellanos, siempre sin rodeos y sin excederse en simpatía, eso sí, siempre tendiendo la mano al que creen que lo necesita. ¡Qué bien le ha venido ese rato en compañía después de varios kilómetros solo! Se va a dormir tranquilo, agradecido y contento de haber parado en el pueblo. Fin de la etapa.

¿Y si me hicieras caso, caminante?

CELSO GARCÍA SUÁREZ

Con la experiencia de quien fue “cocinero antes que fraile y sabe lo que pasa en la cocina”, te imagino amurallado entre las cumbres del puerto de Somport o por Roncesvalles camino de Puente la Reina, adoptando el ilusionado usufructo del iniciado que ya se ha transformado en peregrino y sigue con minuciosidad sus notas, esas que han configurado tu particular Codex Calixtinus.

Presumo tendrás previsto, cuando llegues a León, contemplar las vidrieras de la “Pulcra Leonina”, seguir hacia Astorga, Portomarín, y rendirte, emocionado, ante el Monto do Gozo… Pero, querido amigo/a… ¡Ha llegado el momento de sorprenderte…! Espero y deseo sepas perdonar mi atrevimiento al requerirte “vires” tu brújula hacia el norte, la secundes con paso firme y encauces tu periplo hacia Asturias, cual si fuere tu “nueva Vía Láctea”. ¡No te angusties!... En una sola jornada, a más de mil cuatrocientos metros de altitud, admirarás la muralla natural que escenifican Las Peñas Ubiñas y gozarás de la satisfacción que te aportará descender, en menos de quince kilómetros, a una cota de doscientos metros, cautivado por un frondoso paisaje regado por serpenteantes ríos… ¡Esta es mi Asturias…! ¡Ahora, tuya en su integridad!

Al aproximarte a Pola de Lena, a tu derecha, situada en noble atalaya cual si te aguardara, otearás la joya prerrománica de Santa Cristina de Lena…. ¿Lograrás pasar de largo…? Tras un merecido descanso, afrontarás el ascenso y descenso del puerto del Padrún y desde la Manzaneda divisarás a “Ovetum Oveti” capital del Principado de Asturias.

Cuando te fuere posible embelésate con el esplendor de S. Julián de los Prados, Sta. Mª del Naranco y S. Miguel de Lillo y cual “guinda final” adéntrate en la “Sancta Ovetensis”, catedral cuya torre única sentirás arder si la rondas a la caída de una tarde crepuscular. A sus pies te recibirá quien fue el primer peregrino de la historia, el rey astur Alfonso II, quien emprendió inmediato galope hacia Santiago al conocer la aparición de los restos del mártir. Su sobriedad interior quedará compensada con la expresividad de su retablo mayor.

Reanudando tu “jubileo” subirás a la Cámara Santa y, rodeado por un sublime apostolado pétreo, venerarás las cruces de los Ángeles y de La Victoria, el Arca Santa y el mismísimo Santo Sudario de Cristo. Embelesado abandonarás la estancia y en la girola acariciarás la base de la polícroma imagen del Salvador, como antaño hicieron miles de manos fervorosas.

Tu acumulado bagaje clausurará el idílico camino por Asturias, pasando por rincones legendarios e históricos. Cuando te quieras dar cuenta, estarás pisando la hermana tierra gallega y a mí me corresponderá pues justificar la razón de mi propuesta, asistido por una tradición que pregona el viento del norte: “Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al vasallo y olvida al señor”.

¡Ahora estás atrapado!... Has rendido culto al Maestro y deberás revelarlo a su fiel Apóstol Santiago cuando le des tu noble abrazo cargado de fe y esperanza. ¡Déjame despedirme de ti liándote, de nuevo, con mi consejo final…!: “Nunca pongas el carro delante de los bueyes”… ¿Qué no lo entiendes…? ¡Natural…! ¡Es el ardid con el que te conmino a recorrer de nuevo el camino, el de tu vida, el de la mía y el de muchos…!

Os invitamos a descubrir el fin de esta apasionante propuesta en la web de Repsol en Acción, en la sección Participa.