La gasolinera de Hopper dice adiós: así son las nuevas estaciones de servicio

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RepsolCuando Edward Hopper creó uno de sus cuadros más importantes, Gas Station (1940), llevaba una década imaginándolo. El pintor estadounidense consiguió plasmar en su obra esa promesa de vacío existencial que ofrecen los lugares de paso. Hoy en cambio, las gasolineras, convertidas sin eufemismos en estaciones de servicio, son más un destino cotidiano que espacios de tránsito. Y si comprar el pan es uno de esos gestos diarios con aroma a familia, resulta que Repsol sirve 14 millones de barras al año en sus 3.500 ubicaciones (ver mapa).

Repsol Los combustibles siguen siendo su producto estrella. Tanto, que la reciente bajada del precio de 10 céntimos por litro a los clientes que usen la app de pago Waylet, se ha convertido en noticia en todos los medios de comunicación. Como también lo es que el camino hacia una movilidad sostenible pasa por una convivencia entre diferentes alternativas energéticas. “¿Súper o normal?” es un latiguillo solo apto para nostálgicos ante la evolución medioambiental del sector del transporte, a la que Repsol contribuye con el objetivo de ser cero emisiones netas en 2050. Los carburantes tradicionales más eficientes, que incorporan biocombustibles desde hace años, coexisten ya con la recarga eléctrica, sobre todo entre los vehículos ligeros. A este respecto, Carlos Bermúdez, gerente de Desarrollo de Movilidad Eléctrica de Repsol, señala que el objetivo prioritario es mejorar la experiencia de usuario intentando que “los tiempos de recarga se parezcan lo máximo posible a los tiempos de repostaje de los combustibles tradicionales”.

Espacios en los que disfrutar de una experiencia de compra cualificada y donde poder encontrar hasta 35.000 referencias de alimentación

 

A estos productos se van a ir sumando a corto y medio plazo los biocombustibles avanzados, los combustibles sintéticos o el hidrógeno renovable. Sin olvidar el suministro de AutoGas y Gas Natural Vehicular, así como la clásica venta de bombonas de butano y propano.

En esta revolución energética que tiene a las estaciones de servicio como uno de sus ejes, los accionistas de Repsol disfrutan de una ventaja adicional: los descuentos en carburantes (entre 3 y 8 cts./l.), en lubricantes (hasta un 10%) o en lavados (hasta un 25%) son algunos de los beneficios de ser titular de acciones de la compañía. Para acceder a ellos, el primer paso es darse de alta en el área privada del accionista de Repsol y conseguir la tarjeta Repsol más Accionista, que puede ser física o virtual con la app de pago Waylet.

Desde que en 2017, Repsol y El Corte Inglés anunciaran su pacto estratégico para crear la mayor red de tiendas de proximidad y conveniencia de España, bajo la marca Supercor Stop&Go, las estaciones de servicio son cada vez más eso: un espacio en el que disfrutar de una experiencia de compra cualificada, donde poder encontrar hasta 35.000 referencias de alimentación, productos gourmet, bebidas y bazar, así como otras 60.000 que van desde el ocio a los complementos. Por ejemplo, ya antes de la pandemia, la red de Repsol se había convertido en líder en España en ventas de gafas de sol con más de 4 millones de unidades de su colección de la marca Sun Planet.   

Nuevos servicios en las estaciones Repsol

Además, cada vez en más estaciones de Repsol se pueden encontrar servicios relacionados con el comercio electrónico, como son las taquillas para la recogida de compras online (de Amazon y de Correos). Se han convertido en un gran distribuidor de prensa en papel y también del azar solidario gracias a su acuerdo con la ONCE. Incluso hay contenedores para el reciclaje de ropa y lavandería (en algunos enclaves urbanos). Pasar tiempo en una estación de servicio parece cada vez más atractivo, una percepción a la que ayuda la transformación digital, incluso sin darnos cuenta. “En el caso de las estaciones, lo digital tiene un rol de facilitador de los servicios y las mejoras que se están produciendo, aunque a lo mejor no sean tan visibles para el cliente”, reflexiona Enrique Fernández Puertas, Chief Digital Officer de Repsol.   

Algunas de ellas son el control continuo de las salidas y entradas de combustible para la detección temprana de una posible fuga. O la evaluación ambiental de los terrenos en que se ubica para valorar el riesgo del entorno, las instalaciones y las operaciones. También se trabaja en la instalación de recicladoras para la recuperación del agua de los lavados. Y es que la digitalización contribuye a hacerlas más sostenibles y eficientes, al generar un ahorro energético que puede oscilar entre el 10 y el 15%.   

Ese camino tiene otra variante en la constitución de las estaciones de servicio como comunidades solares: ya hay 300 con placas fotovoltaicas en sus techos, lo que permite cubrir sus necesidades energéticas y, sobre todo, compartir esa energía renovable sobrante con los vecinos del entorno. Si Hopper las pintara en este siglo XXI, no sería ya para hablar de la soledad contemporánea sino como ejemplo del empeño común por un mundo sostenible.  

 

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