Concurso ‘Semana Santa’

Nos dejamos inspirar la pasada Semana Santa por los dos accionistas ganadores del concurso anterior. ¡Gracias a todos por participar!

¿Qué tal una mezcla de tradición y cultura?

JESÚS TORRE NTE RISUEÑO

Iniciamos la Semana Santa en mi ciudad, Albacete, declarada de Interés Turístico Nacional. Procesiones con tronos llevados a hombros, imaginería con multitud de cofradías y devotos. Y Semana Gastronómica en muchos restaurantes de la ciudad: potajes de vigilia, bacalao en múltiples preparaciones, buenos vinos de la tierra, y rematamos con postres como las torrijas o las hojuelas con miel. Llega el Viernes Santo y al caer la tarde, con el coche a punto, repostamos a la salida de la ciudad, por supuesto en una Estación de Servicio Repsol, y emprendemos camino hacia Alcalá de Henares, ciudad Patrimonio de la Humanidad, a empaparnos de historia y cultura, iglesias y conventos, universidad y universalidad. Apuraremos el domingo, con salida tardía de nuestro hotel, y no sin nostalgia volveremos a tomar el camino de regreso a casa, donde al llegar todavía resonarán los últimos tambores de este año. Una buena ducha, y a descansar, con la ventaja de que el lunes de Pascua no hay cole y así la vuelta será más llevadera para todos.

¿Qué me inspira la Semana Santa?

CELSO GARCÍA SUÁREZ

¡Qué fascinante pregunta...! ¡Semana Santa! ¡Santa Semana!... ¡Análogas palabras, dispares acepciones! Lapso oportuno para la fe, el ocio, el descanso, la tradición, el hermanamiento, los viajes, el encuentro con la familia… ¡Cuánta inspiración reservada para fechas tan remarcadas en un calendario que anuncia la llegada de la primavera tras el frío letargo invernal!

¿Qué me inspira la Semana Santa? De primeras, sin recelo, la manifiesta y acuciante necesidad de proyectar viajes y experimentar vivencias contenidas en ese espacio que une la ya olvidada Navidad con el período estival, aún tan lejano en el tiempo. Me adueño pues de cada sentimiento. Reflexiono sobre sus características y equivalencias. Las mezclo en la coctelera de mi cerebro. Amalgamo con el palito de la ilusión y las posibilidades y, cuando me quiero dar cuenta, obtengo un satisfactorio resultado: es momento de ponerme al volante y rodar por la carretera. ¡Qué fórmula tan mágica para pasar del sosiego a la algarabía! ¡Caramba…!

Os invitamos a descubrir el fin de esta apasionante propuesta en la web de Repsol en Acción, en la sección Participa.