Sostenibilidad se escribe con "R"

La población mundial actual de 7.600 millones de personas será de 8.600 millones en el año 2030 y alcanzará los 9.800 millones en 2050, según estimaciones de Naciones Unidas. Este aumento de la población exigirá incrementar la producción de alimentos en más de un 70 % frente a los valores de 2007, lo que está llevando al replanteamiento de los modelos económicos productivos actuales. Estamos inmersos en un cambio de paradigma, pasando de modelos económicos lineales, basados en extraer-producir-consumir-tirar, a modelos circulares que, entre otras cosas, buscan optimizar el uso de los residuos generados reincorporándolos de nuevo a los ciclos productivos.

“La economía del futuro será circular o no será”, dicen los expertos y los responsables del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España. “Nosotros también pensamos que será así y desde Repsol estamos trabajando para contribuir activamente, cumpliendo con nuestra responsabilidad como empresa sostenible”, afirma Íñigo Palacio, Subdirector de Desarrollo Social y Ambiental de Repsol.

Pero ¿qué es la economía circular? Probablemente lo primero que se nos viene a la mente es darle valor a los residuos, cerrando de esta manera el círculo del modelo económico. Pero, como nos advierten desde el área, la economía circular es eso y mucho más. Supone reflexionar para, desde el inicio, “diseñar los productos de forma sostenible, alargar su vida útil, reducir los residuos generados y ahorrar en agua, materiales y energía”.

 En definitiva, es el uso eficiente de los recursos y procesos, que es uno de los pilares fundamentales del Modelo de Sostenibilidad de Repsol.

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Cerrando el círculo

Bajo el nombre de Zero se encuentra el proyecto que utiliza plásticos no reciclables, cuyo destino es el vertedero para, mediante el reciclado químico, obtener crudo sintético, cerrando circularmente el ciclo de vida de estos materiales. Detrás de este se encuentra el trabajo multidisciplinar de cuatro áreas distintas de la compañía, Química, Refino, New Ventures y Tecnología. Zero es solo uno de los ejemplos de los diversos proyectos de economía circular que se están llevando a cabo en Repsol, como la utilización de reciclado en nuestros envases lubricantes, el aprovechamiento de aguas municipales regeneradas en nuestros complejos, la búsqueda de nuevos productos que utilizan materias primas alternativas como el CO2, la gestión eficiente del agua en los activos no convencionales, la recuperación de lodos de las plantas de tratamiento de aguas residuales… Hay 125 proyectos en el catálogo, de los cuales ya tenemos a día de hoy 56 en marcha.

Dicen los expertos:

La economía del futuro será circular o no será

 Algunos de ellos han tomado forma en colaboración con otras empresas u organismos, como el desarrollo de asfaltos 100 % reciclables junto a la constructora Sacyr. Este último es un buen ejemplo del ecodiseño, ya que es una tecnología que permite la reutilización de la totalidad del asfalto envejecido en las carreteras.

Repsol espera ahorrar costes, obtener nuevos ingresos y lograr un mejor desempeño ambiental de la compañía y de sus clientes

 Se llama "ecodiseño" a aquel que considera la variable ambiental como un criterio más a la hora de tomar decisiones en el proceso de diseño de productos industriales en todas las etapas de su ciclo de vida, desde su creación en la etapa conceptual hasta su tratamiento como residuo; esta variable se suma a las ya tradicionales como el coste, la calidad, etc.

Nuestra estrategia

Todo el equipo de Desarrollo Social y Ambiental está satisfecho con el grado de cumplimiento de los objetivos cuantitativos fijados y con la implicación de las diferentes áreas y personas del equipo Repsol en la Estrategia de Economía Circular de la compañía. Han conseguido mucho en el último año. Durante 2016 definieron la estrategia que se comenzó a implementar al año siguiente. Esta incluye un Catálogo de Iniciativas Circulares que tiene por objetivo sistematizar la búsqueda de oportunidades en todas las áreas de negocio que permitan evolucionar hacia un nuevo modelo productivo circular. En definitiva, se trata de invitar a esa reflexión que nos lleve a actuar con responsabilidad y respeto por el medioambiente en todas y cada una de las etapas de nuestro trabajo. “Uno de los objetivos que se estableció fue el de alcanzar la cifra de 100 proyectos incluidos en el Catálogo de Iniciativas Circulares. A día de hoy tenemos 125 proyectos, que abarcan todos los ámbitos de circularidad, que pertenecen a 12 unidades diferentes de la compañía y que están liderados por 62 personas distintas, lo que da una idea de la amplitud del proyecto”, nos cuenta satisfecho. Entre ellos, “el ámbito de circularidad con más iniciativas es el de la reconsideración de residuos. Tenemos 35 iniciativas de este tipo, y sin duda surgirán muchas más, puesto que todos los negocios están volcados en hacer una gestión cada día más eficiente de los residuos, evitando generarlos o dándoles el mejor tratamiento posible dentro de la jerarquía de residuos que establece la regulación. Pero la economía circular no es solo valorizar o reciclar residuos, es mucho más; y poco a poco va calando esa visión circular en toda la compañía”.

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Trabajo colaborativo

“Tenemos dos líneas de trabajo. A nivel interno, la actividad de nuestra área consiste básicamente en trabajar codo con codo con todos los negocios para identificar proyectos, promoverlos, incorporarlos al Catálogo de Iniciativas Circulares y, en última instancia, lograr que se conviertan en realidades. Para conseguirlo, en Repsol hay más de un centenar de personas de Medio Ambiente, de Desarrollo de Negocio, de Asistencia Técnica y de muchas otras funciones que ya están trabajando con el concepto de economía circular totalmente imbuido en su día a día”, indica el responsable de Repsol. Mientras, “la otra línea es a nivel externo, en la que estamos trabajando constantemente en la creación de un fuerte networking con empresas y organismos que promueven la economía circular, con el fin de encontrar oportunidades de colaboración”, nos cuenta. Este trabajo de innovación abierta ha dado sus primeros frutos, con más de 150 contactos en más de 50 empresas. “Ello nos ha permitido identificar 36 iniciativas circulares que ya hemos compartido con los distintos negocios del grupo para valorar su posible desarrollo. En esa línea externa, también procuramos formar parte activa de los grupos de trabajo nacionales e internacionales que se están creando para promover la economía circular. Así, formamos parte del Centre for European Policy Studies (CEPS), la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), la Fundación Cotec para la innovación, la Cámara de Comercio, el World Economic Forum, la Comisión Europea, etc.”, sintetiza.

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El carsharing corporativo basado en energía eléctrica renovable es un ejemplo de nuevos productos y servicios generados.

La sostenibilidad del modelo

¿Cuál es el fin último de la estrategia de Repsol? Se trata de integrar poco a poco, a través de un cambio progresivo, la economía circular en el ADN de Repsol. Porque cuando esa visión circular forme parte de nuestra cultura corporativa será intrínseca a todos los modelos de negocio. “Muchas veces decimos que la economía circular es un ‘estado mental’. No solo cuentan las ‘R’ de reciclar, recuperar, reutilizar o regenerar. También son fundamentales las de reflexionar, responsabilidad, respeto y, por supuesto, la ‘R’ de Repsol”, dice Íñigo Palacio. ¿Cuál es el próximo paso? La Unión Europea estima que con la economía circular las empresas europeas podrían ahorrar hasta 600.000 millones de euros al año. “Justamente la cuantificación económica de la economía circular en Repsol es el punto en el que debemos poner ahora nuestro máximo esfuerzo. Obviamente los proyectos circulares aportan beneficios ambientales, reputacionales y sociales, pero deben aportar además beneficios económicos para asegurar su propia sostenibilidad. Todos los responsables de proyectos circulares deben determinar con el mayor detalle posible el beneficio económico de estos, en términos de ahorros de costes o nuevos ingresos. Con la economía circular, Repsol espera ahorrar en costes, obtener nuevos ingresos con productos o servicios y conseguir un mejor desempeño ambiental de la compañía y de sus clientes”, finaliza.

Pacto por una economía circular

Repsol es uno de los firmantes del Pacto por una economía circular: el compromiso de los agentes económicos y sociales 2018-2020, por el que empresas, administraciones y entidades sociales españolas se comprometen con el fomento de esta nueva concepción de la vida económica, que favorece productos más fácilmente reparables, el consumo responsable, la digitalización o la transparencia sobre la duración y la eficiencia energética de bienes y servicios. “El Paquete de Economía Circular de la Comisión Europea, la Estrategia Española de Economía Circular y el Pacto por la Economía Circular son iniciativas regulatorias y de promoción a las que debemos contribuir activamente, cumpliendo con nuestra responsabilidad como empresa sostenible”, afirma Íñigo Palacio.