La familia entra en acción
En casa de los Llopart existe una tradición familiar algo atípica que se transmite de padres a hijos: invertir en Repsol. Así, tres generaciones de esta familia barcelonesa (Joan, de 66 años; Arnau, de 37, y Adam, de tan solo 3) son accionistas de la compañía.
El más veterano de ellos, Joan –matemático de formación aunque ha desarrollado su carrera en el mundo de la informática, dentro del ámbito universitario–, inició sus inversiones en Repsol en 1995. Su satisfacción con la política de remuneración al accionista ha propiciado, como argumenta Joan, que “con el buen criterio que se sigue, mi cartera en Repsol no haya dejado de aumentar, según mis posibilidades”.
Unas inversiones muy meditadas
En el caso de su hijo Arnau –ingeniero industrial, graduado en ADE y profesionalmente vinculado al sector de la automoción–, entró a formar parte del accionariado de Repsol en 2012, si bien asegura que “venía pensándolo desde mucho antes, ya que veía que la compañía era una de las fuertes del mercado, con un negocio firme y adaptable a las necesidades cambiantes del entorno”. Y decidió que no era necesario esperar a que su pequeño Adam creciera para convertirle también en accionista, puesto que “nos pareció una buena manera de empezar a invertir, como parte de una futura cultura económica que le queremos infundir”.
Para Arnau, su confianza en Repsol se sustenta principalmente en “las capacidades que tiene, cómo participa en la vida pública mediante eventos y patrocinios. También el trato al accionista, con los cursos de formación y los eventos culturales”. Su padre coincide en valorar “el trato al accionista”, además de “su capacidad de resiliencia y el hecho de ser una de las grandes”. En cuanto a las ventajas que ofrece formar parte de la comunidad de inversores de Repsol, Joan destaca “recibir puntualmente las noticias y aprovechar las ventajas y beneficios de serlo”, mientras que Arnau se decanta por “el apoyo al mundo del deporte, del que soy un gran aficionado, los eventos culturales que promueve, el programa ‘Travel Club’ y el fomento del turismo”.
Percepciones positivas
Padre e hijo hacen un buen balance de la evolución del grupo desde que invierten en él. Joan subraya que “pese a los reveses del mundo del petróleo y la variabilidad y volatilidad, la compañía se ha demostrado resiliente, siempre anteponiendo a sus accionistas”. Por su parte, Arnau considera que “es un mercado que debe reinventarse y Repsol lo está haciendo. En el pasado hemos visto cómo ha ampliado su negocio añadiendo diferentes elementos al negocio core como pueden ser las tiendas y diferentes servicios que ofrece”.
En lo referente a su visión del presente y el futuro del Grupo, Arnau añade que “es una empresa fuerte de nivel mundial, con muchas sinergias con otras empresas, y un referente dentro de la economía. Creo que las iniciativas que se están llevando a cabo para diversificar son necesarias”. Y como apostilla Joan, “pese a su endeudamiento, estoy seguro de su buena marcha, como demuestra día a día en medio de la volátil y revuelta situación del mercado”.