Plan estratégico 2018 - 2020: Nuevos compromisos
Repsol ha actualizado su Plan Estratégico tras haber superado con dos años de antelación todos los objetivos fijados. La renovada estrategia, orientada al crecimiento y a la creación de valor en cualquier escenario, comportará -entre otros compromisos- un incremento del 8% de la retribución al accionista.
La actualización estratégica prevista para el periodo 2018-2020 se basa en tres pilares: una mejora de la remuneración al accionista, el crecimiento rentable de sus negocios (Upstream y Downstream) y el desarrollo de un nuevo negocio de bajas emisiones de carbono, avanzando así en la transición energética. Para implementarlo, seguirá vigente el criterio de prudencia que tan buenos resultados ha dado en los últimos dos años. Así pues, el revitalizado Plan Estratégico podrá autofinanciarse a 50 dólares/barril (crudo Brent), precio en el que la compañía garantiza además el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y de un nivel de deuda muy inferior a la media del sector. En caso de producirse de manera continuada un escenario de precios medios más altos, Repsol acelerará los proyectos de crecimiento que ya figuran en su portfolio.
La colaboración es la clave
Alejandro Oliva -Ingeniero Químico, Ingeniero en Organización Industrial y Máster en Economía y Gestión de Empresas Energéticas- lidera el departamento de Estrategia y Planificación de Repsol. Oliva defiende que “el nuestro es un trabajo en equipo en el que todas las áreas aportan ideas y colaboran”.
Alejandro Oliva en el Campus Repsol de Madrid
¿Por qué era necesaria la actualización?
Al conseguir superar anticipadamente los objetivos del Plan Estratégico 2016-2020, ahora la compañía “se permite fijar nuevas metas más ambiciosas para 2020”, como señala Alejandro Oliva, Director de Estrategia y Planificación de Repsol, quien pone en valor que en el último bienio el grupo “ha demostrado su capacidad de crecer en un entorno con alta incertidumbre de precios. Hemos sido la compañía que mejor ha navegado durante el ciclo de precios bajos del petróleo y del gas, ya que tenemos un modelo estratégico exclusivo, integrado y balanceado, que nos permite tener una posición aventajada frente a nuestros competidores. Ahora somos una compañía más fuerte, con dos motores generadores de caja, Upstream y Downstream, funcionando a pleno rendimiento”.
Por otra parte, Oliva aclara que, si bien gran parte del contenido del plan estratégico anterior sigue siendo válido, “merecía la pena darle una vuelta porque nos ha ido bien. Además, hay cosas nuevas que había que contar adecuadamente, como el negocio de bajas emisiones. Así que hemos actualizado compromisos, aunque en buena parte de los negocios, las directrices continúan siendo las mismas”. Según el Director de Estrategia y Planificación de Repsol, la principal novedad consiste en que “hemos preparado a la compañía para poder garantizar el crecimiento de resultados a doble dígito, en un entorno de precios bajos”. Este horizonte tan positivo ha hecho que su eslogan evolucione en consecuencia, pasando de “Valor y Resiliencia” a “Crecimiento y Valor en cualquier escenario de precios”.
Los accionistas ganarán más
La mejora significativa en la retribución a los accionistas constituye uno de los principales compromisos del renovado Plan Estratégico. En este sentido, el objetivo es el crecimiento del dividendo por acción del 8% anual, hasta 0,95 euros por acción en 2019 y un euro en 2020. Se hará mediante la fórmula del scrip dividend (cobro en acciones), junto con un programa de recompra de títulos que, con su amortización, evitará la dilución de quienes opten por cobrar en efectivo, lo que elevará el beneficio por acción.
Hemos actualizado los compromisos estratégicos de 2016
Actualmente, la rentabilidad por dividendo de Repsol ya se sitúa entre las más altas del Ibex-35 y de las principales empresas energéticas. Con este aumento, Repsol liderará su sector en incremento de la remuneración a los accionistas en los próximos tres años.
“Este crecimiento de valor y rentabilidad para los accionistas se consigue de manera autosostenible, orgánica, sin necesidad de aumentar la deuda de la compañía”, asegura Alejandro Oliva, quien además destaca que “lo hacemos empleando menos proporción de la caja generada que nuestros competidores”.
Una inversión de 15.000 millones de euros
Entre 2018 y 2020, Repsol prevé invertir 15.000 millones de euros, repartidos en un 53% en su negocio de Upstream (Exploración y Producción) y un 45% en Downstream (Refino, Química, Marketing, Lubricantes, Trading, GLP, Gas & Power) y en activos de bajas emisiones de CO2, así como en el desarrollo de nuevas oportunidades de negocio a largo plazo. El 2% restante se destinaría a la corporación. En este sentido, Alejandro Oliva subraya que “nuestro objetivo es mantener un equilibrio entre las inversiones para nuestras dos áreas clave, el Upstream y el Downstream. El crecimiento está asegurado con los activos actuales, enfocados en proyectos de Downstream sin grandes necesidades de capital, junto con las inversiones en el nuevo negocio de bajas emisiones y un crecimiento de alta rentabilidad en proyectos de Upstream”.
De la inversión total de 15.000 millones de euros, 4.000 M€ se destinarán a nuevas iniciativas, especialmente en el área de Downstream, tanto para la expansión de los negocios de Petroquímica, Estaciones de Servicio, Lubricantes y Trading (1.500 M€), como para proyectos de bajas emisiones de CO2 (2.500 M€).
En este contexto, Repsol se ha fijado una hoja de ruta para la transición energética en la que contempla objetivos ambiciosos en cuanto a su participación en el mercado basado en el desarrollo del gas y la generación baja en emisiones. Así, de acuerdo con su compromiso en la lucha contra el cambio climático, Repsol reducirá sus emisiones de CO2 en 2,1 millones de toneladas en 2020 respecto a 2016, incluso en una fase de crecimiento como la que afronta la compañía.
El área de Upstream está en auge
El negocio de Exploración y Producción de Repsol ha demostrado en los últimos años una gran capacidad de adaptación y resiliencia durante el ciclo de bajos precios del crudo y del gas.
Como destaca Alejandro Oliva, “nuestro Upstream representa un modelo de negocio diferenciado, con un tamaño óptimo, que nos permite ser ágiles y a la vez tener un tamaño significativo. Además, gracias a que disponemos de un portfolio muy eficiente, con menores costes que los competidores, estamos mejor preparados para generar caja independientemente del ciclo de precios en el que estemos”.
Tras integrar la compañía canadiense Talisman y duplicar el tamaño del negocio de Upstream de Repsol, el grupo afronta un período en el que incrementará su producción de hidrocarburos (+8% a 2020), obtendrá un mayor retorno y optimizará su cartera de activos.
Hacer estrategia es fruto del trabajo conjunto entre un puzzle de áreas de la compañía
De acuerdo con la actualización del Plan Estratégico, el negocio de Upstream invertirá 8.000 millones de euros hasta 2020. Alrededor del 60% de esta cantidad se destinará a proyectos de crecimiento y a exploración, para subir la producción y garantizar un nivel de reservas óptimo a medio y largo plazo, y se priorizarán los proyectos onshore (en tierra) y en aguas someras, donde Repsol cuenta con ventaja competitiva.
Alejandro Oliva con parte del equipo de Estrategia y Planificación de Repsol
Las principales inversiones se concentrarán en el crecimiento orgánico, en activos ya existentes que no requieren de importantes desarrollos, son grandes generadores de caja y permitirán aumentar la producción a corto plazo, como Sagari (Perú), Marcellus, Eagle Ford y Buckskin (Estados Unidos), Yme (Noruega), Bunga Pakma y Kinabalu (Malasia), Corridor (Indonesia), NC-115 y NC-186 (Libia) y Reggane (Argelia).
El aumento de la producción hasta los 750.000 barriles equivalentes de petróleo al día en 2020 se verá complementado por una activa gestión del portfolio.
Expansión internacional para Downstream
El negocio de Downstream ha demostrado la fortaleza del modelo integrado de Repsol, con unos activos a la vanguardia a escala europea que han resultado ser unos grandes generadores de caja. El Plan Estratégico 2018-2020 permitirá consolidar esta posición de liderazgo en áreas como el Refino y el Marketing, y aprovechar el incremento de la demanda y las nuevas oportunidades de crecimiento.
De las inversiones previstas hasta 2020 por la compañía, un total de 4.200 millones se destinarán a proyectos de Downstream, repartidos entre la expansión internacional de algunos de sus negocios y el mantenimiento y mejora de los activos clave que garantizan un desempeño excelente.
Empleadas de Repsol en la planta de Tarragona
“Tanto el Refino como la Petroquímica presentan unas buenas perspectivas para los próximos años, principalmente por el aumento de la demanda a nivel global. Con un refino ya líder en Europa y Perú, utilizaremos nuestra logística y capacidad comercial para ampliar nuestra red de Marketing y GLP en Perú, sur de Francia y Marruecos, así como el mercado abierto recientemente en México”, resume Alejandro Oliva.
De este modo, la expansión internacional incluye el negocio de estaciones de servicio en mercados como México, donde Repsol ha abierto en tres meses 30 instalaciones, y Perú, país en el que la compañía ya dispone de casi 500 puntos de venta.
En otros negocios, como lubricantes y Gases Licuados del Petróleo (GLP), donde Repsol es el primer operador en España, se impulsará el crecimiento en Asia y Sudamérica, en el primer caso; y en el sur de Francia y Marruecos, en el segundo. Trading será otra de las áreas de Downstream que experimentará una dinamización entre 2018 y 2020, sobre todo a través del desarrollo de un negocio global de crudo y de la optimización de las operaciones de flete.
También se impulsará la Química enfocada a productos de mayor valor (polioles, caucho y EVA), con aplicaciones en sectores de alta demanda y márgenes, como el farmacéutico y alimentario, donde el objetivo es que Repsol se sitúe como una de las cinco primeras compañías del mundo en cada segmento, ya sea a través del crecimiento orgánico como inorgánico.
Con todas estas iniciativas, Repsol estima que el flujo de caja operativo de Downstream subirá en 700 millones de euros en 2020 en comparación con 2017, lo que supone un alza del 27% durante este período.
Hacia la transición energética
En los próximos años va a cambiar el modo de consumo de la energía, lo que supondrá una evolución del sector, impulsada por la tecnología y la digitalización. Con la actualización de su Plan Estratégico, Repsol se anticipa a las grandes tendencias, como el aumento de la demanda de electricidad y el papel clave del gas en la transición energética, desarrollando nuevas capacidades y estableciendo una posición rentable como operador a largo plazo en este segmento.
En este contexto, Repsol ya ha tomado medidas para luchar contra el cambio climático y fomentar la sostenibilidad y la eficiencia energética. Por ello, las inversiones en este ámbito serán de 2.500 millones de euros entre 2018 y 2020, con el objetivo de alcanzar 2,5 millones de clientes minoristas de gas y electricidad en España a 2025, con una cuota de mercado superior al 5% y una capacidad de generación baja en emisiones de alrededor de 4.500 MW.
Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol, junto a Begoña Elices, Directora General de Comunicación, en la rueda de prensa de la presentación del Plan Estratégico 2018-2020, celebrada en junio en el Auditorio de Campus
PROYECTOS DE FUTURO MÁS ALLÁ DE 2020
EL NEGOCIO DE UPSTREAM ya trabaja en cinco proyectos de desarrollo de hidrocarburos identificados que serán clave para el futuro de la compañía: descubrimientos de gran impacto en Alaska (Estados Unidos), los recursos no convencionales de Duvernay (Canadá), el segundo desarrollo de CPO-9 Akacias (Colombia), y los proyectos Sagitario y Campos 33 (Brasil).Estos activos de alto potencial por su elevada rentabilidad cuentan con un breakeven conjunto de 42 dólares por barril, uno de los más bajos del sector.
EL PROGRAMA DE DIGITALIZACIÓN previsto para transfomar la compañía hará que el flujo de caja se incremente en 1.000 millones de euros en 2022, además de promover el cambio cultural y nuevas formas de trabajo.
REDUCCIÓN DE EMISIONES DE CO2. Repsol está alineado con el Acuerdo de París que implica una reducción de la intensidad de carbono del 40% a 2040. El objetivo final es suministrar la energía necesaria con el mínimo impacto posible en el medioambiente.