Un oasis de lectura
Hasta hace tan solo un año, los niños de las comunidades indígenas de la Alta Extrema Guajira (al noreste de Colombia) tenían que desplazarse ocho horas y cruzar un desierto para acceder a la biblioteca más cercana, en el municipio de Uribia.
Esta carencia flagrante se corrigió gracias a la inauguración en octubre de 2017 de la biblioteca indígena pública Ramón Paz Ipuana (en la localidad de Puerto Estrella), dedicada a uno de los literatos e investigadores más importantes de la cultura wayuu. Es la primera en la región y una de las 22 de este tipo que hay en Colombia. El impulso a esta iniciativa ha sido tal que ahora incluso los autores se desplazan a este lugar remoto del Caribe para impartir talleres y charlas.
La Fundación Repsol, decisiva
La colaboración entre la Asociación Wayuu Araurayu y la Fundación Repsol -que aportó 180.000 euros- hizo posible construir este equipamiento cultural, del que pueden beneficiarse 1.800 niños, 71 docentes e indirectamente 6.000 personas en situación de pobreza estructural.
La biblioteca tiene como grandes objetivos la conservación de la cultura indígena wayuu y fomentar el desarrollo de la zona, mejorando el proceso de enseñanza y aprendizaje en la población infantil y en especial de la lectura. En este sentido, Luis García, director de la UN de Repsol Colombia señala que “la clave para lograr la sostenibilidad del proyecto radica en entender las necesidades de la gente, expresadas por la propia comunidad, y no en imponer las acciones que la empresa considere pertinentes”.
Un horizonte esperanzador
La biblioteca Ramón Paz Ipuana empezó con 140 libros, aunque su fondo se está ampliando exponencialmente: el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe se ha comprometido a donar 2.000 más. Además, al estar incluida en la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Colombia, recibe periódicamente donaciones, capacitaciones tecnológicas y formaciones para los bibliotecarios.
Del olvido a la proyección
La biblioteca ha logrado atraer el interés de la industria editorial colombiana, que la ha convertido en sede de FilBo Región, el primer destino de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) fuera de la capital del país.
Así, esta extensión del evento de referencia de la promoción de la lectura en Colombia (y también uno de los más importantes de Latinoamérica) contó con la participación de importantes escritores e ilustradores. Durante dos días, estos invitados ofrecieron ocho talleres simultáneos sobre escritura, literatura e ilustración a los que asistieron más de 350 niños de la zona. Como Janaira, que a sus 12 años sueña con “ser profesora, enseñarles a los niños a leer y escribir y poder estar con ellos leyendo en esta biblioteca”. Todo un ejemplo de la ilusión que genera entre los más pequeños haber descubierto un oasis de libros en su desértica región.