
Serie en video: vivir en lugares extraordinarios
Vivir en lugares extraordinarios es mucho más que una serie de vídeos para YouTube: es una invitación a ampliar la mirada. Durante cuatro capítulos, viajamos desde los canales de Ámsterdam hasta la inmensidad del espacio con una pregunta sencilla y poderosa: ¿cómo llega la energía allí donde, a primera vista, parece imposible?
Cada episodio ilumina un reto distinto. En los Países Bajos, el agua dicta las reglas; en Sierra Nevada, manda la altura; en la Antártida, el frío impone respeto; en la órbita terrestre, la distancia lo condiciona todo. En cada destino descubrimos ideas audaces que transforman un interruptor, una estufa o un laboratorio en símbolos de ingenio humano.
Vídeo: Vivir en lugares extraordinarios. Capítulo 1. Un barrio flotante sobre los canales de Ámsterdam
Las historias cobran vida gracias a quienes las protagonizan: vecinos que flotan sobre el río IJ, montañeros que mantienen vivo un refugio centenario, militares y científicos que comparten guardia en el Polo Sur y, por último, ingenieros que sueñan con cohetes reutilizables. Ellos cuentan, en primera persona, cómo la innovación se convierte en abrigo y oportunidad.
La serie deja una sensación nítida: la energía no solo enciende bombillas, también alumbra caminos. Después de ver cada episodio, el espectador entiende que vivir en lo extraordinario no es un capricho, sino un pacto con la curiosidad y la perseverancia.
Vivir en lugares extraordinarios | Capítulo 1
"Lo primero que te preguntas es cómo es posible vivir aquí", dice David, un español que habita en Schoonschip, el pionero barrio flotante de Ámsterdam. En este enclave sobre el agua, 144 vecinos han tejido una minirred eléctrica que combina la energía de sus paneles solares con una única conexión a la red urbana. Cada cubierta actúa como un pequeño oasis vegetal y cada tejado como una planta de generación. La comunidad demuestra que domar el agua no es un sueño, sino el fruto de la colaboración y la ingeniería.
Vivir en lugares extraordinarios | Capítulo 2
"Funcionamos con placas solares, nos da una autonomía de tres días", afirma Fernando Rivera, encargado del Refugio de San Francisco en Sierra Nevada. A 2.200 metros de altura, este cobijo montañés almacena la luz del sol en baterías que mantienen encendida la estufa y los puntos de luz. Solo cuando el temporal aprieta recurre a un grupo electrógeno; cada provisión invernal sube a hombros de porteadores. En la roca y la nieve, la energía se convierte en calor humano y en un hogar temporal que desafía la altura.
Vivir en lugares extraordinarios | Capítulo 3
«La temperatura media aquí ronda entre cero y cuatro grados», explica la teniente coronel Cristina Álvarez, teniente coronel del Ejército de Tierra y responsable de medio ambiente y bromatología en la base Gabriel de Castilla, en la isla Decepción de la Antártida. Durante tres meses al año, generadores de gasóleo y nuevas mezclas renovables alimentan laboratorios volcánicos y estaciones de observación de pingüinos barbijo. Cuando el invierno austral atrapa todo bajo el hielo, un parque solar y baterías de gran capacidad sostienen la vida y la ciencia en uno de los rincones más remotos del planeta.
Vivir en lugares extraordinarios | Capítulo 4
«Somos el primer operador que va a usar bioquerosenos sintéticos para conseguir lanzar satélites al espacio», subraya Raúl Verdú, cofundador de PLD Space, desde su cuartel general en Elche. Allí se prepara Miura-1, el primer cohete reutilizable español, impulsado por nuevos combustibles que estrechan el lazo entre la Tierra y la órbita. A kilómetros de distancia, las antenas de Robledo de Chavela reciben y transmiten datos con la Estación Espacial Internacional, cuyos paneles solares hacen del vacío un hogar para la curiosidad humana.