Acción y dividendo: ante la situación internacional

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Foto 1“Invierta en compañías con buen historial de beneficios y con una posición dominante en el negocio”, recomienda Warren Buffet. Y cualquiera que tenga en su cartera acciones de Repsol sentirá que ha cumplido con la máxima del ‘Oráculo de Oklahoma’. Sobre todo, cuando se ha comunicado un resultado neto ajustado de 2.454 millones de euros en 2021, una cifra que supera a las de 2019 (antes de la pandemia) y cuadriplica la obtenida en 2020.  
 
Pero en tiempos de intensa incertidumbre internacional provocada por la invasión rusa de Ucrania, al terrible drama humano se añade un golpe a la economía mundial que también se juega en el tablero de la energía. ¿Cómo afectará el alza de los precios de las materias primas al discurrir de Repsol? ¿Tendrá consecuencias este contexto de inestabilidad en su plan estratégico? ¿Qué posibilidades abre su apuesta por las energías renovables? A estas cuestiones y muchas otras responde el director del área de Relación con Inversores de Repsol, Ramón Álvarez-Pedrosa.

"Rusia era uno de
los candidatos a desinversión
en el proceso de racionalización
de activos contemplado en
el plan estratégico 2021-2025,
que anunciamos en noviembre
del año pasado"

 
En el pasado mes de enero, Repsol cerró su oficina de Moscú, el último paso de su desinversión en los activos en exploración y producción en Rusia. ¿Cuál fue el motivo para esa salida?

No fue que tuviéramos una bola de cristal que dijera lo que iba a ocurrir… De hecho, Rusia era uno de los candidatos a desinversión en el proceso de racionalización de activos contemplado en el plan estratégico 2021-2025, que anunciamos en noviembre de 2020. Al igual que hemos salido también de países como Australia, Papúa Nueva Guinea, Malasia, Vietnam, Ecuador, el propio cierre de las actividades de producción en España, aunque fueran menores; o el cierre de oficinas de exploración puras de Grecia, Bulgaria, y otros activos. Queríamos reducir el número total de países en los que estábamos, de 25 a en torno 15, aproximadamente. En el caso de Rusia, Repsol tenía una posición minoritaria, donde había un socio mayoritario que era el operador. Además, es un país en el que, ni por afinidad cultural ni por historia, la compañía tenía ventajas competitivas.

¿Cómo puede afectar a REPSOL la grave inestabilidad internacional que estamos viviendo por la guerra en Ucrania? ¿Va a repercutir en la implementación de su plan estratégico?

Estas situaciones de crisis y de incertidumbres no son buenas para nadie. Ni siquiera para la industria del petróleo y del gas, pese a que precios del barril por encima de 100 dólares podría hacer pensar otra cosa. Y no lo son porque, sin duda, provocan efectos macroeconómicos adversos: los precios muy altos de las commodities generan una destrucción de la demanda, afecta a la inflación, a las políticas económicas de los países.

En cuanto a Repsol, el buen desempeño de nuestros negocios en 2021 nos está permitiendo acelerar los plazos de nuestro plan estratégico. Hemos adelantado la situación de crecimiento y en este momento tenemos más oportunidades de crecer e invertir de manera orgánica. También de avanzar en la remuneración al accionista: hemos incrementado el dividendo en efectivo un 5%, hasta los 0,63 euros, e impulsado los programas de recompra de acciones con la amortización de 75 millones de títulos que llevaremos a la Junta General de este mayo. Y como dijo nuestro consejero delegado, Josu Jon Imaz, en la presentación de resultados del ejercicio de 2021, si a mitad de 2022 vemos que las condiciones macro están cerca de lo que nosotros teníamos planeado, (70 dólares el precio del crudo Brent y 3,5 dólares el millón de BTU (unidad térmica británica) para el Henry Hub, recompraríamos un paquete adicional de 50 millones de acciones. Pero insisto, situaciones de crisis energética con alta volatilidad de precios y con precios extremadamente altos, no son buenos para la economía en general ni para ningún sector en particular.

"Hemos adelantado la situación de crecimiento y en este momento tenemos más oportunidades de crecer e invertir de manera orgánica"

 
La mirada sobre el suministro energético de Europa ha girado hacia la mayor estabilidad hoy de los países del sur. Repsol obtiene la mayor parte de sus suministros de gas de fuentes ajenas al conflicto. ¿Supone eso una ventaja competitiva en las actuales circunstancias?

Repsol tiene producción de gas en varias regiones. Tiene una parte muy importante de gas no convencional en EEUU, que básicamente suministra al mercado local, aunque es verdad que hay una cierta capacidad de exportación vía GNL, gas natural licuado. También tenemos capacidad de producción de GNL en Perú, para su exportación sobre todo a Japón, y en Trinidad Tobago, para Europa básicamente. En gas suministrado por tubería la compañía produce en Argelia, pero también en el Reino Unido y en Noruega. Efectivamente, nuestra posición en gas, que es en torno al 65% del total de lo que producimos, está muy diversificada.

¿Podemos decir entonces que Repsol está en una buena posición para afrontar los retos del futuro?

Sí, claramente. En ese sentido hay que añadir que España, a pesar de ser una isla energética, y estos días estamos oyendo la necesidad de incrementar las interconexiones con el resto de Europa, primero no depende del gas ruso en absoluto, porque tiene conexión por tubería con Argelia, pero es que además nuestro país dispone de seis plantas operativas de regasificación, que perfectamente podrían ser una alternativa para Europa del suministro de gas ruso. Lo que pasa es que no hay suficiente interconexión entre la península ibérica y Europa. Pero lo que es España per sé, tiene perfectamente garantizadas sus necesidades, primero por tubería y luego por esa gran diversificación que nos da tener esas plantas de regasificación que pueden recibir el gas en forma líquida.

Repsol

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Cuando hacemos esta entrevista, el día 14 de marzo, el precio del barril de petróleo Brent está ya en los 115 dólares. Esto puede impulsar al alza la generación de caja de Repsol. ¿Repercutirá también en el monto del dividendo por acción?

Ese cambio ya se ha producido este año, cuando hemos aumentado el dividendo a 63 céntimos y tenemos previsto subirlo hasta los 75 céntimos en 2025. Y como digo, hemos adelantado el programa de recompra de acciones. Es decir, la buena evolución de la compañía no tiene nada que ver con el alza de los precios del petróleo y el gas. Antes de esta situación excepcional causada por la guerra en Ucrania, Repsol ya contaba con un plan estratégico en el que se contemplan inversiones y oportunidades de crecimiento. Y todo ello con unas condiciones macro de 70 dólares para el crudo Brent.

Si el entorno y la generación de caja se mantiene por encima de nuestras previsiones, hemos dicho también que nuestra política de asignación de capital va a estar basada en dedicar un tercio a mayor inversión, sobre todo en nuestras plataformas bajas en carbono, que son renovables, hidrógeno, biocombustibles y combustibles sintéticos. Otro tercio lo destinaríamos a fortalecer el balance. Y el tercio restante iría a mejorar la remuneración de los accionistas con más dividendo cuando no tenga sentido recomprar acciones.

¿Eso cuándo se va a producir?

Pues cuando el precio de la acción recoja el valor que nosotros creemos que tiene que tener Repsol. Hoy, con el precio de la acción entre 11 y 12 euros y con un dividendo en torno a 63 céntimos, te da una rentabilidad por dividendo [dividend yield] de entre el 5 y el 6%, que es muy atractivo... Es algo que nosotros vamos a ir viendo y ajustando, siempre, obviamente, teniendo como idea lo que sea más eficiente financiera y fiscalmente para nuestros accionistas.

¿Cómo beneficia al accionista el programa de recompra de acciones?

Hay una forma muy fácil de verlo y es que si nosotros recompramos por ejemplo un 5% de nuestros títulos y lo amortizamos, los accionistas que mantienen sus posiciones automáticamente pasan a poseer un 5% más de la compañía. Ese es el sentido de recomprar acciones y amortizarlas, porque porcentualmente los accionistas existentes pasan así a poseer más valor de la compañía y por tanto también más de sus beneficios.

Antes ha citado el valor de la acción, ¿cuál podría ser ese precio objetivo al que aspira la compañía?

Nosotros nos remitimos a los analistas. Hoy el precio medio de la acción de Repsol, según la valoración de todos los analistas que nos siguen, estaría cerca de 14 € y la valoración más alta está en 17 € por acción. Obviamente, cotizar a entre 11 y 12 euros, no refleja ni la media de estas visiones. Por ejemplo, entidades financieras de tanto prestigio como Goldman Sachs nos atribuyen un valor de 17 €, JP Morgan, de 16,50 €; Société Générale, de 15,50 €; Morgan Stanley, de 14,70 €… Son precios de la acción con un importante recorrido al alza frente a los que tenemos hoy.

"En el conjunto de la filial de generación renovable, seguimos manteniendo esa ambición de poder dar entrada a accionistas distintos"

 
En los medios de comunicación se sigue hablando de la posibilidad de la entrada en el negocio de energías renovables de un socio minoritario y de una salida a bolsa. ¿Cuándo se produciría?

Cuando lanzamos el plan estratégico en noviembre del 2020 nos dimos un plazo de 18 meses para buscar o dar entrada a capital de terceros en la filial que va a gestionar y desarrollar la generación eléctrica renovable, y seguimos en ese plazo.

Para un accionista, ¿qué efectos pueden tener estas operaciones, si finalmente se producen?

Es una forma de que el mercado reconozca el valor de este negocio de Repsol. Cuando lo anunciamos, ni siquiera se reconocía que la compañía pudiera ser un actor en este segmento. Un año y medio después hemos demostrado que sabemos desarrollar parques de generación renovable, y ahí está la puesta en marcha de Delta1, parque de generación eólica, y Valdesolar, de generación fotovoltaica. Y lo más importante: estamos incorporando socios sólidos y fiables para acelerar nuestro crecimiento en renovables, como Pontegadea, que va a invertir 245 millones de euros para tomar el 49% del proyecto eólico Delta. En el conjunto de la filial de generación renovable, seguimos manteniendo esa ambición de poder dar entrada a accionistas distintos. Hemos decidido que primero vamos a buscar un socio minoritario, y estamos en ese proceso. En un par de meses creemos que habrá noticias al respecto. Y a medio plazo, no descartamos un posible salida a bolsa de un paquete adicional, siempre manteniendo Repsol el control, con al menos el 51%.