Cómo el aceite usado de nuestras cocinas se transforma en combustibles 100% renovables en Cartagena
En un mundo donde la transición energética es esencial para mitigar el cambio climático, Repsol ha desarrollado un proceso innovador que permite convertir aceite de cocina usado en biocombustibles avanzados. En el vídeo El viaje del aceite: Así se producen los combustibles 100% renovables, narrado por el periodista Juan Ramón Lucas, se presenta una explicación detallada del ciclo de vida de este biocombustible, desde la recolección del residuo hasta su conversión en combustibles renovables aptos para motores. Este proceso, que cumple con la normativa europea de sostenibilidad, reduce las emisiones netas de CO2 en un 90% en comparación con los combustibles fósiles. Repsol ya comercializa este biocombustible en más de 500 estaciones de servicio en la Península Ibérica.
Este viaje comienza en un lugar común para todos: nuestras cocinas. El aceite que empleamos para cocinar, lejos de ser un desecho inútil, se convierte en la materia prima esencial para un proceso que culmina en la producción de combustibles 100% renovables en Cartagena, ciudad que alberga la primera planta en la Península Ibérica dedicada exclusivamente a este fin.
Vídeo 'El viaje del aceite: Así se producen los combustibles 100% renovables'
En Cartagena, Repsol ha construido una planta capaz de procesar hasta 250.000 toneladas anuales de residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado, para convertirlos en combustibles renovables, lo que permitirá evitar la emisión de 900.000 toneladas de CO2 al año. Esto supone la reducción del 90% de las emisiones netas de CO2 en comparación con las emisiones de una cantidad equiparable de combustible de origen mineral.
El aceite que empleamos para cocinar, lejos de ser un desecho inútil, se convierte en la materia prima esencial para un proceso que culmina en la producción de combustibles 100% renovables en Cartagena
En el vídeo, Juan Ramón Lucas nos invita a reflexionar sobre la importancia de estas iniciativas, mostrando que los combustibles renovables son una realidad tangible que ya está contribuyendo a reducir las emisiones y a fomentar una movilidad más sostenible. Este "viaje del aceite" es, en última instancia, una metáfora de la transformación que nuestra sociedad debe emprender: un camino hacia un futuro donde lo cotidiano se reinventa para asegurar la continuidad del viaje.
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