Acción y dividendo: la recompra y amortización de acciones como remuneración
El reparto de dividendos en efectivo es el modo en que tradicionalmente una empresa remunera al conjunto de sus accionistas. Una forma de mejorar esa retribución es mediante la recompra de acciones. Este método consiste en adquirir títulos propios, normalmente en el mercado abierto, y amortizarlos, es decir, eliminarlos.
La ejecución de esta operación por parte de las empresas se produce bajo una supervisión estricta, las condiciones y las limitaciones establecidas por el organismo regulador competente (en España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores).
El objetivo de una recompra de acciones es reducir el número de títulos en circulación de la empresa (el capital social). Tras esta operación, el valor tangible de la compañía sigue siendo el mismo. Al dividirse ahora entre un número de acciones menor, cada una de esas participaciones representa una mayor porción de la compañía en manos de los accionistas que antes de la recompra.
Una forma de mejorar la retribución es mediante la adquisición de títulos propios, normalmente en el mercado abierto, y amortizarlos, es decir, eliminarlos
El ejemplo típico para explicar el efecto sobre los títulos de una recompra y amortización de acciones es el de la partición de una tarta (o una pizza, para quienes prefieran salado). A la hora de cortarla para servir, si hay que dividirla en 8 porciones, por ejemplo, el tamaño de cada una de ellas será mayor que si lo hacemos en 10. Es decir, la recompra de acciones tiene como resultado aumentar el valor de cada título. A la vez, cuando llega el momento de repartir dividendos, también se realiza entre un número de títulos menor, por lo que la retribución que se obtiene por cada acción crece.
Veámoslo de forma gráfica en esta imagen:
Parafraseando al gran inversor norteamericano Warren Buffett, en una recompra de acciones el objetivo principal es aumentar “el valor que se recibe” y no influir en “el precio que se paga” por la acción, aunque esta pueda verse eventualmente afectada. Así, la razón principal por la que las empresas recompran y amortizan sus acciones propias es crear valor para sus accionistas. Además, una operación de estas características lanza al mercado un mensaje de confianza de la dirección de la compañía en el futuro de la misma. Pero, ¿qué otras virtudes puede tener la recompra de acciones para un accionista?
Por un lado, están las ventajas fiscales: los dividendos están sometidos a un gravamen mientras que el aumento del valor de las acciones, no. Solo cuando las acciones son vendidas, en caso de producirse plusvalías, se aplica el impuesto correspondiente sobre ganancias de capital. Por otro lado, una recompra de acciones puede ayudar a compensar o incluso llegar a revertir las diluciones pasadas del capital social, fruto de la emisión de acciones o la conversión de bonos u obligaciones en acciones, que en su momento aumentaron el capital social en circulación.
El programa de recompra y amortización de acciones de Repsol
Repsol tiene más de 25 años de historia en la bolsa española y una consolidada evolución en otros mercados internacionales. La compañía trabaja para mantener una sólida posición empresarial en el sector energético mundial y seguir aflorando valor para sus accionistas mediante el incremento del beneficio por acción. De hecho, Repsol ofrece una de las remuneraciones más atractivas del Ibex, del 5,34% (basado en los dividendos pagados durante los últimos 12 meses y la última cotización bursátil).
En 2022, el dividendo ha alcanzado el 0,63 €/acción (0,30 €/acción pagado en enero y 0,33 €/acción, en julio), un 5% superior a la cuantía en efectivo contemplada en el Plan Estratégico 2021-2025. Según esta hoja de ruta, esa cantidad se va a incrementar progresivamente, hasta alcanzar los 0,75 €/acción al final del periodo.
Adicionalmente, Repsol está desarrollando sucesivos programas de recompra y amortización que reducirán el número de acciones de la compañía en circulación. Cuando termine 2022, Repsol espera haber eliminado 150 millones de acciones, lo que supone un 10% de su capital social (a 31 de diciembre 2021). Los planes de recompra de acciones han avanzado a un ritmo superior al previsto en el Plan Estratégico 2021-2025 y ya se han ejecutado en un 75%.