La movilidad sostenible avanza al ritmo del tren de hidrógeno renovable

Tiempo lectura: min

Contenido 1Se cuenta, sin estar del todo confirmado, que cuando los hermanos Lumière proyectaron en enero de 1896 en París La llegada de un tren a la estación de La Ciotat, muchos espectadores huyeron corriendo de la sala, temerosos de que esa locomotora que avanzaba hacia ellos saliera de la pantalla y los arrollara. Dos siglos después, ante un tren solo corremos cuando estamos llegando tarde y de la icónica columna de vapor blanco que expulsaba el primer ferrocarril de la historia del cine solo queda el recuerdo. ¿O quizás no?

El tren es responsable de menos del 0,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al transporte en la Unión Europea. Es decir, se trata de una de las formas más sostenibles de transporte de pasajeros y mercancías, sobre todo gracias a la electrificación de buena parte de la red ferroviaria. A la vez, aún circulan por 80.000 kilómetros de vías sin electrificar unas 12.000 locomotoras que funcionan con diésel. Dar el salto para descarbonizar totalmente este medio de transporte ha llevado a Repsol y Talgo a unir fuerzas en un proyecto que tiene al hidrógeno renovable como vector energético.

El avance de la potencia instalada en energías renovables empieza a convertir la obtención de hidrógeno renovable en una apuesta económica viable
 

En España, solo faltan por electrificar 5.000 kilómetros (sobre todo de cercanías y media distancia), pero según Adif, la empresa pública que gestiona la red ferroviaria, completar ese proceso supondría una inversión de 2.500 millones de euros. Ante estas cifras, la búsqueda de alternativas económicamente más sostenibles ha vuelto la vista precisamente sobre el uso de hidrógeno renovable. Sobre todo, cuando el avance de la potencia instalada en energías renovables empieza a convertir la obtención de este gas en una apuesta tecnológica y económica viable.

“España tiene la oportunidad de ser un actor relevante en el sector energético europeo que se está construyendo en torno al hidrógeno”, confirma Tomás Malango, director de Combustibles Renovables y Economía Circular de Repsol. “Sin duda alguna, tenemos capacidades industriales, tecnológicas y climáticas que nos dan ese recurso renovable necesario para poder hacer un hidrógeno a un coste competitivo”.

Repsol es el primer productor y consumidor de hidrógeno en la Península Ibérica y opera en Cartagena la mayor planta generadora de este gas de Europa. La compañía utiliza el hidrógeno como materia prima en sus centros industriales, que ya están evolucionando para convertirse en polos multienergéticos con la meta de las cero emisiones netas en 2050. Para conseguir ese objetivo, pasar a producir y consumir hidrógeno renovable es clave, como lo puede ser también en la descarbonización de la movilidad ferroviaria.

Es el camino planteado por la Comisión Europea, que ha fijado que el 20% de los trenes que actualmente circulan con diésel lo hagan con hidrógeno renovable a finales de la década. En el caso de España, la Hoja de Ruta del Hidrógeno del Gobierno quiere alcanzar el año 2030 con al menos dos líneas de trenes comerciales propulsadas con hidrógeno renovable. Una ambición a la que está dando respuesta la colaboración entre Repsol y Talgo.

TREN

Vittal-One es el nombre del tren de Talgo impulsado por el hidrógeno renovable de Repsol. Se prevé que pueda entrar en funcionamiento el próximo mes de noviembre, lo que permitirá demostrar y validar el concepto en condiciones similares a las de explotación comercial. Es el primer tren dual hidrógeno-eléctrico, que solo dejará tras de sí un rastro de agua y vapor. Una vuelta a la iconografía de antaño que no oculta el reto tecnológico que supone una máquina tractora con depósitos de ese gas, celdas de combustible que lo transforman en electricidad y pilas o baterías de litio de refuerzo para alimentar, finalmente, la locomotora. 

La alianza entre las dos compañías proporciona una solución integral para hacer del tren de hidrógeno renovable una realidad. Talgo afronta el diseño, fabricación y puesta en marcha de los nuevos trenes autopropulsados. Repsol aporta su infraestructura de generación de hidrógeno renovable y la logística con la que cuenta la compañía multienergética para abastecer a la red ferroviaria. Pero el reto no es únicamente español, sino que tiene a toda Europa como ambicioso objetivo de mercado.

"España puede ser una potencia importante en la producción de hidrógeno y en su uso a nivel de movilidad y en otros sectores”, estima Emilio García, director de Innovación y Desarrollo de Patentes de Talgo. “Tenemos una oportunidad a nivel de país, a nivel europeo, a nivel del mundo, en el que empresas como Repsol y Talgo se unan y convertir a España en un país líder en estas tecnologías". 

Tomás Malango lo confirma: “El hidrógeno o sus derivados permiten convertir la energía renovable que nos sobra y almacenarla en una forma que nos posibilite consumirla cuando nos haga falta o incluso transportarla a otros sitios en los que no tengamos energía en ese momento. Y un ejemplo claro puede ser la posibilidad de exportación hacia Europa”. 

Nuestro país es el segundo del mundo con mayor número de kilómetros de líneas de alta velocidad. Y gracias a Repsol y Talgo, puede que en breve seamos los primeros en contar con una red ferroviaria descarbonizada, con el hidrógeno renovable como fumata blanca.