Repsol y EIG: un acuerdo para impulsar la transición energética
Cuando una empresa quiere ganar el futuro primero tiene que hacer historia. Repsol ha sido pionera en su sector al comprometerse a alcanzar cero emisiones netas en 2050. Y para avanzar hacia ese objetivo ha dado un nuevo paso de carácter histórico: incorporar a su negocio de Exploración y Producción (Upstream) a la empresa estadounidense EIG.
Este inversor institucional, especializado en los sectores de energía e infraestructuras a nivel global, va a adquirir el 25% de este negocio de Repsol por valor de 4.800 millones de dólares, lo que supone valorar el segmento Upstream de la compañía en 19.000 millones de dólares.
Como toda decisión de calado, esta de Repsol se viene gestando desde años atrás. Las primeras intenciones se manifestaron en la presentación en 2020 de su Plan Estratégico para el periodo 2021-2025, que marca la transformación de la compañía para impulsar la transición energética y asegurar a la vez la rentabilidad y el máximo valor para los accionistas.
La hoja de ruta ha supuesto además revolucionar la organización de Repsol, que se ha desplegado en cuatro áreas de negocio: Upstream, Industrial, Cliente y Generación baja en carbono. ¿El objetivo? Entre otras cuestiones, obtener afloramiento de valor a través de la entrada de socios o inversores.
“Nuestra ambición es liderar la transición energética. Este acuerdo pionero refuerza el sentido estratégico de la unidad de Upstream dentro del grupo”, subraya Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, “y, a la vez, impulsa la transformación de la compañía y su perfil multienergético para alcanzar cero emisiones netas en 2050”.
Con el acuerdo con EIG, Repsol pisa el acelerador de su estrategia de cara a 2025 e incluye la posibilidad de una salida a bolsa en Estados Unidos de una participación minoritaria del negocio a partir del año 2026, siempre que se den condiciones de mercado favorables.
"Vamos a seguir ejerciendo control en las decisiones de negocio y por tanto en la estrategia de la compañía resultante, al mantener una posición mayoritaria del 75%"
Como accionista mayoritario, Repsol mantendrá el control del negocio de Upstream, que seguirá consolidando dentro de sus cuentas. También nombrará cuatro de los ocho miembros del Consejo de Administración, entre ellos al presidente de la nueva compañía, que contará con voto de calidad. Es decir, “vamos a seguir ejerciendo control en las decisiones de negocio y por tanto en la estrategia de la compañía resultante, al mantener una posición mayoritaria del 75%”, explica Ramón Álvarez-Pedrosa, director de Relación con Inversores. “A la vez, un 75% de lo que genere este negocio va a seguir perteneciendo a Repsol. La operación brinda así la oportunidad de cristalizar valor y acelerar la transformación de la compañía, y todo ello redunda en la creación de más valor para el accionista”.
Por su parte, EIG nominará a dos miembros y los otros dos serán independientes. El cierre de la transacción está previsto dentro de los próximos seis meses. La sociedad creada mantendrá la plantilla y el equipo directivo existente, así como el actual plan de negocio, centrado en reforzar, focalizar y descarbonizar su cartera de activos.
Desde su fundación hace cuatro décadas, EIG ha invertido más de 41.500 millones de dólares en el sector energético en 38 países. Además, está comprometido con aplicar en su cartera las mejores prácticas ESG (criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo). “La transición energética determina todas las decisiones que tomamos”, ha señalado R. Blair Thomas, presidente y CEO de EIG, “y estamos encantados de asociarnos con un líder global de la talla de Repsol en esta atractiva oportunidad de liderar el cambio en nuestra industria”.
El negocio Upstream de Repsol
Repsol producirá en 2022 una media de aproximadamente 570.000 barriles equivalentes de petróleo al día y tiene unas reservas probadas y probables de 2.300 millones de barriles, de los cuales casi el 70% son de gas. Los activos de Upstream se encuentran en áreas estratégicas de Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México), Sudamérica (Brasil, Perú, Bolivia, Trinidad y Tobago, Colombia y Venezuela), Europa (Noruega y Reino Unido), norte de África (Argelia y Libia) y Asia (Indonesia).
Además, el negocio de Upstream se ha marcado como objetivo ser líder en la reducción de emisiones de CO2 en el sector, con una disminución del 75% en su intensidad de carbono en 2025 respecto a 2016. Su alto nivel tecnológico y la digitalización de sus procesos son elementos diferenciales que ayudarán a alcanzar esta meta, así como su estrategia de economía circular, que incluye el desarrollo de iniciativas vinculadas en su mayoría a la mejora de la eficiencia y la innovación de los procesos.