Ecocombustibles para avanzar hacia la movilidad sostenible

Los ecocombustibles son combustibles líquidos, que tienen nulas o bajas emisiones de CO2 durante su producción y su utilización final. Permiten múltiples aplicaciones en el sector de la movilidad y la industria y se fabrican a partir de materias primas alternativas de baja huella de carbono: aceites vegetales usados, grasas animales, biomasa y residuos de diferentes tipos (de la industria agroalimentaria, forestales y agrícolas, fracción orgánica de residuos urbanos…), CO2 retirado de la atmósfera...

Con propiedades físico-químicas similares a los combustibles actuales y elevada densidad energética, son totalmente compatibles con los vehículos actuales de combustión. En este sentido, Miguel Ángel García Carreño, gerente de Desarrollo de Procesos de Repsol Technology Lab, asegura que “la composición química de los ecocombustibles permite su uso en los vehículos actuales con motores de combustión, que suponen la gran mayoría del parque automovilístico, y aprovechar por tanto las infraestructuras ya existentes de repostaje y distribución”.

Estratégicos en la descarbonización

Los ecocombustibles constituyen una alternativa estratégica complementaria a la electrificación, que hasta hoy se había planteado como la única vía posible para reducir emisiones de CO2 en el transporte

Así, los ecocombustibles serán especialmente útiles para descarbonizar aquellos sectores difíciles de electrificar como son el transporte pesado de mercancías por carretera o el sector aéreo o marítimo, “porque son una solución real y disponible para reducir las emisiones”, según García Carreño. Y es que el CO2 emitido cuando se usan es equivalente al que se captura cuando se genera la materia prima empleada en su fabricación, de lo que resulta un balance neto de cero emisiones. 

De hecho, son una realidad ya presente en el mercado, que permite reducir las emisiones de CO2 en el transporte sin esperar a la renovación del parque o al desarrollo de nuevas infraestructuras de recarga. En concreto, Repsol incorpora biocombustibles a sus carburantes de automoción desde hace dos décadas, en un porcentaje que se ha incrementado de manera paulatina en los últimos años: en 2020, ha alcanzado el 8,5% de la energía contenida en gasolinas y gasóleos para el transporte por carretera y en 2021 esa cifra ascenderá al 9,5%.

Para Repsol, los ecocombustibles constituyen una herramienta clave para lograr el objetivo de neutralidad climática en 2050 fijado por la Comisión Europea y respaldado por el Gobierno de España.

Para los usuarios de movilidad por carretera, los ecocombustibles se presentan como una magnífica opción que abre las posibilidades para elegir entre las distintas tecnologías de bajas emisiones de carbono aquella que mejor se acomode a sus necesidades.

Fabricación en instalaciones ya existentes

Repsol apuesta por un modelo energético híbrido que integre varias opciones tecnológicas y combine la electrificación con el uso de productos neutros en carbono. Por ello, la compañía cuenta con varios proyectos e iniciativas industriales en marcha, que le permitirán reforzar su papel como suministrador clave de estos combustibles para el transporte, que se pueden fabricar en las instalaciones industriales actuales. Así, Repsol está transformando sus complejos en hubs multienergéticos capaces de tratar todo tipo de residuos y generar productos de baja, nula o incluso huella de carbono negativa.

El uso de ecocombustibles contribuye al impulso de la economía circular, al favorecer un uso y reutilización eficiente de los recursos, materias primas y productos a lo largo de su ciclo de vida. Además, permitirá diversificar la matriz energética del país y avanzar en su independencia energética.